miércoles, septiembre 24, 2025

Corre, come, repite: el fenómeno del foodrunning conquista Europa

De la disciplina al placer: cómo una tendencia que une running y gastronomía está redefiniendo la cultura del corredor

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Durante décadas, el running ha sido sinónimo de disciplina, rendimiento y control. Las rutinas de entrenamiento, las dietas estrictas y la búsqueda de marcas personales han definido la vida de muchos corredores. Sin embargo, una nueva tendencia está desafiando estos paradigmas: el foodrunning. Esta práctica, que combina la actividad de correr con el disfrute de la comida, está ganando adeptos en Europa y comienza a asomar en España.

Origen y filosofía del foodrunning

El foodrunning no es simplemente correr y luego comer; es integrar la comida en la experiencia de correr. Surgió como una forma de romper con la rigidez del entrenamiento tradicional y celebrar el placer de correr en comunidad.

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En ciudades como París, clubes como el Running Flan Club y el Food Runners Club han popularizado esta práctica. El primero comenzó cuando Aurélien Bernhard, un estudiante de ingeniería, decidió motivarse a correr probando diferentes flanes al final de cada recorrido. Lo que empezó como una actividad personal se convirtió en un fenómeno social que atrae a más de 150 personas cada semana en París.

Por su parte, el Food Runners Club, fundado por Théo Delahye y Théo Chaudet, organiza carreras de 7 km que terminan con degustaciones en restaurantes locales. Con más de 27.000 seguidores en redes sociales, este club ha expandido su presencia a ciudades como Lille, Toulouse, Lyon, Annecy y Burdeos.

La filosofía detrás del foodrunning es clara: se trata de disfrutar del ejercicio sin la presión del rendimiento, promoviendo una relación más saludable y placentera con el deporte y la comida.

Impacto social y cultural

El foodrunning ha tenido un impacto significativo en la forma en que las personas perciben el running. Al integrar la comida en la experiencia de correr, se elimina la idea de que el ejercicio es una penitencia para “quemar” calorías. En su lugar, se celebra el cuerpo en movimiento y se fomenta la conexión social.

Eventos como el Pizza Run UK y carreras gastronómicas en Francia han demostrado que esta tendencia no solo es divertida, sino también inclusiva. Personas de diferentes edades y niveles de condición física participan en estas actividades, encontrando en ellas una forma accesible y agradable de mantenerse activos.

Además, el foodrunning ha generado oportunidades para negocios locales. Panaderías, restaurantes y cafeterías se asocian con clubes de foodrunning para ofrecer degustaciones y promociones, creando una sinergia entre el deporte y la gastronomía local.

Adaptación en España

Aunque el foodrunning aún no ha alcanzado la misma popularidad en España que en Francia o el Reino Unido, comienzan a surgir iniciativas que combinan running y gastronomía. En Madrid, la cafetería Osom ha creado su propio club de corredores que combina brunch y deporte.

Estas iniciativas reflejan una adaptación al contexto local, donde la socialización después del ejercicio es común. Sin embargo, el formato tiene potencial entre los jóvenes urbanos que buscan experiencias deportivas informales y conectadas con la gastronomía.

La cultura española, con su énfasis en la comida como elemento social, podría ser un terreno fértil para el crecimiento del foodrunning. Eventos que combinen rutas de running con paradas en bares de tapas o mercados locales podrían atraer a una amplia audiencia.

Consideraciones para la salud

Desde el punto de vista nutricional, el foodrunning plantea algunas consideraciones. Comer mientras se corre puede ser desafiante para el sistema digestivo, especialmente si se consumen alimentos pesados o difíciles de digerir.

Sin embargo, expertos como el nutricionista deportivo Marcelo Rivadeneyra señalan que, en la mayoría de los casos, el cuerpo puede tolerar pequeños alimentos de fácil digestión durante el ejercicio si se hace a baja o moderada intensidad. Frutas, barras de cereal o pequeñas porciones de alimentos pueden consumirse mientras se trota sin generar mayores complicaciones, siempre que la persona esté acostumbrada a hacerlo.

Un estudio publicado en Frontiers in Nutrition en 2022 analizó a un grupo de 40 corredores que participaron en una maratón gastronómica en Francia. Los resultados mostraron que, aunque el rendimiento disminuyó un 15% frente a corredores convencionales, los índices de satisfacción emocional y percepción de disfrute fueron hasta un 60% más altos.

El futuro del foodrunning

El foodrunning representa una evolución en la forma en que las personas se relacionan con el ejercicio y la comida. Al romper con las normas tradicionales del fitness, ofrece una alternativa más inclusiva y placentera para mantenerse activo.

A medida que más personas buscan formas de ejercicio que se alineen con sus valores y estilos de vida, es probable que el foodrunning continúe creciendo. En España, con su rica cultura gastronómica y su amor por la socialización, esta tendencia tiene el potencial de florecer.

Para los aficionados al running que buscan una experiencia diferente, el foodrunning ofrece una oportunidad para disfrutar del deporte de una manera nueva y deliciosa.

Foto: Depositphotos

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