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Un reciente estudio publicado en la revista Nature ha puesto de relieve que correr descalzo podría comprometer la estabilidad del corredor, incluso a largo plazo. La investigación, desarrollada en el ámbito universitario, analizó los efectos de correr descalzo frente a hacerlo con calzado durante un periodo de ocho semanas. Los resultados concluyen que el grupo que corrió sin zapatillas mostró menor estabilidad dinámica en comparación con quienes utilizaron calzado deportivo acolchado.
Estos hallazgos aportan una nueva perspectiva al debate entre correr descalzo o calzado, una cuestión que en los últimos años ha dividido opiniones dentro del mundo del running y que ahora incorpora un nuevo argumento desde la biomecánica y la prevención de lesiones.
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Estabilidad dinámica: un concepto clave para prevenir lesiones
El estudio define la estabilidad dinámica local como la capacidad de compensar pequeñas perturbaciones durante el movimiento. En términos prácticos, esta variable está asociada a la habilidad del sistema corporal para mantener el control cuando aparecen irregularidades o desequilibrios, como puede ocurrir en cada zancada durante una carrera.
Una menor estabilidad al correr implica una mayor dificultad para corregir desequilibrios, lo que podría aumentar el riesgo de lesiones por sobreuso, como las fracturas por estrés. Estas lesiones se producen cuando las cargas repetitivas superan la capacidad de adaptación del hueso, y suelen estar asociadas a patrones de impacto constantes o mal adaptados.
Diseño del estudio y características de los participantes
La investigación se desarrolló entre abril de 2016 y abril de 2017 en laboratorios universitarios especializados en biomecánica. Participaron 41 personas físicamente activas, con edades comprendidas entre 18 y 35 años, sin experiencia previa en carrera descalza. El 48,8% de los participantes eran mujeres.
Los voluntarios fueron divididos aleatoriamente en dos grupos: uno de ellos corría descalzo y el otro utilizaba zapatillas deportivas con amortiguación estándar. Ambos grupos realizaron una sesión semanal de carrera de 15 minutos en cinta, al 70% de su velocidad máxima de consumo de oxígeno (VO₂ máx), durante ocho semanas consecutivas.
Resultados: menor estabilidad sin calzado desde el inicio
De los 41 participantes, 37 completaron el estudio, mientras que cuatro abandonaron el programa. Desde las primeras sesiones se evidenció una diferencia en la estabilidad entre los dos grupos. El grupo que corría descalzo presentó una estabilidad significativamente menor en comparación con quienes usaban calzado, según la medición basada en el exponente de Lyapunov, que se calculó a partir de la velocidad angular de la tibia.
Este menor control se mantuvo constante a lo largo del período de intervención. Es decir, no se observó una mejora progresiva en la estabilidad de quienes corrían descalzos, lo que refuerza la idea de que el hábito de correr sin calzado puede no ser suficiente para compensar el déficit de estabilidad.
Además, durante cada sesión, la estabilidad tendió a disminuir progresivamente en ambos grupos, posiblemente como consecuencia de la fatiga muscular. No obstante, la diferencia entre los grupos se mantuvo, sin que el entrenamiento semanal modificara el patrón observado.
Consideraciones para corredores populares
La posibilidad de correr descalzo ha ganado cierto interés en la última década, especialmente entre corredores que buscan mejorar la técnica o fortalecer la musculatura intrínseca del pie. No obstante, este estudio advierte sobre los posibles efectos negativos que puede tener esta práctica si no se realiza con una adaptación adecuada o si se aplica de forma continuada en corredores acostumbrados al calzado tradicional.
La superficie sobre la que se corre, la experiencia previa del corredor, el tipo de zancada y la técnica individual son factores que también influyen en la estabilidad y en el riesgo de lesión. Por ello, la elección entre correr calzado o descalzo debería valorarse con criterios técnicos y no solo por preferencias personales o modas.
Implicaciones prácticas y futuras líneas de estudio
Los autores de la investigación concluyen que cambiar de correr calzado a correr descalzo reduce la estabilidad tanto de forma aguda como a largo plazo. Este hallazgo abre la puerta a nuevas investigaciones que analicen las adaptaciones biomecánicas necesarias para correr sin calzado de forma segura, especialmente en corredores populares sin experiencia previa en esta modalidad.
Asimismo, queda pendiente analizar cómo afectan otras variables como la frecuencia de entrenamiento, la duración de las sesiones o el tipo de superficie utilizada. También podrían explorarse los efectos de correr con calzado minimalista como paso intermedio entre el calzado convencional y la carrera completamente descalza.
FAQs
- ¿Qué significa tener menor estabilidad al correr?
Es la menor capacidad del cuerpo para compensar pequeñas perturbaciones durante la carrera, lo que puede aumentar el riesgo de lesión. - ¿Qué midió este estudio para valorar la estabilidad?
Se utilizó el exponente de Lyapunov basado en la velocidad angular de la tibia, un indicador biomecánico de estabilidad dinámica. - ¿Es peligroso correr descalzo?
No necesariamente, pero según este estudio puede reducir la estabilidad si no se realiza con una adaptación adecuada. - ¿Cuánto tiempo duró el estudio?
Ocho semanas, con una sesión semanal de carrera de 15 minutos por grupo. - ¿Los corredores descalzos mejoraron con el tiempo?
No. La menor estabilidad observada se mantuvo durante todo el estudio.
Foto: Depositphotos
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